miércoles, 3 de noviembre de 2010

Entrevista Elinor Ostrom en Agenda Viva.

En el último número de la Agenda Viva de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente se incluye una entrevista muy interesante a Elinor Ostrom, economista, Premio Nobel de Economía 2009 e investigadora de la gobernanza de bienes comunes.

La entrevista es muy recomendable y trata asuntos sobre gestión colaborativa de bienes comunes, sistemas ambientales, comunicación social, etc.. Se extraen algunas respuestas para la reflexión.

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En su opinión, a nivel más global o a escala local, pero en un nuevo mundo global civilizado, ¿cuáles serían las claves para enfrentarnos correctamente a los retos medioambientales?

Tendría que haber niveles múltiples de organizaciones que permitieran a la gente diseñar reglas que se adaptasen a la ecología local. En España existe esa larga tradición, parte de la cual procede del norte de África, como resultado de la migración de ideas, que ha tenido bastante éxito, al menos en términos de algunos sistemas de irrigación. Si tenemos manuales en los que no se habla de la complejidad del medio que tratamos de regular ni de la necesidad de instituciones adecuadas, instituciones que encajen bien, entonces los dirigentes políticos educados con estos manuales piensan que todo esto es muy sencillo y que lo único que necesitan es dar órdenes desde arriba. Ya que muchos procesos biológicos ocurren a distintas escalas (pequeña, mediana y grande), las prácticas de gobierno que puedan lidiar con este nivel de complejidad deben estar organizadas a múltiples escalas y estar adecuadamente relacionadas.

Cualquier sistema que se diseñe para manipular y regular sistemas biológicos complejos debe incluir tanta variedad de acciones que realizar como las que existen en los sistemas que se quieren regular. El problema con el cambio global es que todo el mundo quiere centrarse sólo en el plano internacional. Afortunadamente, cada vez más personas están reconociendo que podemos y debemos hacer mucho a nivel local y regional. Si simplemente nos sentamos a esperar, será un desastre total. Nosotros podemos organizarnos localmente y después ir a nuestros vecinos y decir: «Mirad lo que estamos haciendo, vosotros podríais hacer esto». Entonces podemos empezar a crear redes de sistemas de éxito y aprender a ponerlos en práctica.

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Usted habla de que la responsabilidad en la conservación de la naturaleza, en su buena gestión, una gestión sostenible, tiene que ver con que las personas se sientan responsables de las áreas en las que viven. Creo que es claramente opuesto a lo que está pasando actualmente con la globalización. La gente vive en ciudades, se siente muy alejada de la naturaleza, de los problemas cotidianos del cambio climático. ¿Podría desarrollar algo más este punto?

Sí, estoy de acuerdo con usted y me preocupa este tema. Creo que es posible conseguir que la gente de las áreas urbanas revise mucho más sus responsabilidades sobre las emisiones de gases causantes del efecto invernadero que hubo en el pasado. Con eso producirían beneficios reales para su propio vecindario y para sus propios hogares, invirtiendo en un mejor aislamiento, utilizando menos el coche. Cuidarían más su salud, al desplazarse andando o en bicicleta.

Se pueden hacer muchas cosas. Sobre esto hay un artículo mío en Solutions (Soluciones). Lo escribí hace tres o cuatro meses aproximadamente. Hay beneficios locales públicos que la gente puede recibir al mismo tiempo que se están generando beneficios para el medio ambiente mundial. Por supuesto, si son sólo unas pocas personas, no tendrá consecuencias, pero si cada vez más personas sienten «Éste es el tipo de vida que debería vivir", esto puede ayudar sustancialmente a resolver el problema global.

Las soluciones pasan por conseguir que la gente reconozca que puede enfrentarse a todo eso. En Estados Unidos en algunos barrios la población se ha puesto muy en serio a crear huertos comunitarios. Algunos dicen: «Bah, ¿qué puede resolver eso?». Pero si se puede conseguir que la mayor parte de la verdura para una comunidad pequeña se produzca allí mismo, de forma local, además, con todo el mundo

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Usted hace especial hincapié en la comunicación. Se supone que ahora estamos más interconectados y comunicados que nunca, pero, sin embargo, tenemos los problemas que tenemos. ¿Qué piensa usted sobre la comunicación?

Bueno, creo que ahora gracias a la interconexión tenemos la oportunidad de conseguir mayores objetivos. Y tenemos que reconocer que, en una serie de casos, sin esta comunicación la autoorganización no se podría llevar a cabo. Hay ejemplos de gente que usa sus teléfonos móviles para llevar a cabo acciones colectivas.

Tenemos que mejorar nuestra forma de trabajar en red a nivel de vecindario, de ciudad, de estado, a nivel de país más que a nivel mundial. Y para seguir enseñando de alguna manera la “tragedia de los comunes” necesitamos enseñar a la gente la gran variedad de medios que han utilizado quienes han superado esa “tragedia de los comunes” a múltiples niveles.

Lo que hemos descubierto es que los individuos, a través de la comunicación, a través de la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre lo que van a hacer con juntamente, construyen un nosotros bien definido que les permite seguir normas, cooperar y, en ocasiones, sancionarse unos a otros y ayudar a que todo esto se mantenga. Si estás en una pesquería o tienes un pastizal y sabes que el beneficio a largo plazo de tu familia es que no lo destruyas, y si puedes hablar con las otras personas que utilizan ese recurso, entonces también puedes crear reglas que encajen en el escenario local y organizar a la gente para hacerlas cumplir. Pero si la comunidad no tiene una buena forma de comunicarse entre sí o los costos de la autoorganización son demasiado altos, entonces no se organizará, y habrá fracasos.

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Y ¿ha podido encontrar en su investigación algunos rasgos característicos que distingan aquellas comunidades que pueden aportar mucho de cara al futuro de las comunidades que no han obtenido éxito? ¿Podría enumerar las características que normalmente tienen las comunidades que logran autogobernarse?

Si el grupo tiene una visión común del futuro, puede ver lo que puede hacer. A veces la gente quiere colaborar, pero no tiene ni idea de lo que puede hacer; pero si de verdad llegan a entender algunas de sus acciones, hay líderes locales, líderes de escala más grande, que asumen algunas responsabilidades de comunicar y unir a la gente sin apropiarse de todos los beneficios. Y esos grupos poseen una historia de las acciones internas, de confianza a nivel local. Al principio se requiere mucho esfuerzo para construirla, pero si se llega a construir, la gente puede alcanzar muchos objetivos.


El resto de la entrevista está en el número 21, Otoño, de la Agenda Viva que edita la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.