lunes, 17 de mayo de 2010

Democracia y ecologismo. Una lectura recomendable sobre ecologismo y pólítica verde.

Democracia y ecologismo. Una lectura recomendable sobre ecologismo y pólítica verde.

Hace unos días terminé de leer un sugerente libro sobre el ecologismo de Manuel Arias Maldonado, “Sueño y mentira del ecologismo. Naturaleza, sociedad, democracia”. En sí es un buen formulado repaso de las cuestiones que mantienen un germen de autoritarismo al enraizar las propuestas sociales en dogmas morales.

Siendo ese el planteamiento, lo cierto es que realmente es difícil encajar las críticas de Manuel Arias en el ecologismo que conozco muy ligado a la dinámica democrática (aunque reconozco hay posturas personales que se puede ajustar más o menos al perfil aludido). A pesar de este pequeño matiz el libro es muy recomendable por lo bien fundamentado de su desarrollo en torno a la construcción social de la naturaleza y la necesidad de una política liberal verde.

La construcción social de la naturaleza es un fenómeno que ha sido profundamente utilizado para explicar la formación de la cultura de la sociedad (Berger y Luckman) y de la religión (Berger)

Manuel Arias la aplica a nuestra percepción de la naturaleza, partiendo de que la naturaleza virgen es un idea cultural nacida y extendida en el curso de la interacción entre sociedad y naturaleza (pág.49). “La realidad objetiva de la naturaleza está sometida a la apropiación y reformulación social, tanto física como culturalmente […], ese mundo únicamente posee una independencia relativa respecto a la sociedad, por estar sometido a la apropiación humana y a toda clase de mediaciones culturales.” “De esta manera, la relación humana con la naturaleza está mediada siempre por un contexto histórico-social; su apropiación directa es imposible. Toda concepción de la naturaleza refleja los principios y las prácticas dominantes de la sociedad que la formula.” (pág. 37)

Las miradas diferentes sobre qué conservar del medio natural, es perfectamente aplicable a las tendencias sobre la protección sostenible de Espacios Protegidos. Desde las primeras declaraciones de espacios, enraizadas en la mentalidad romántica, de carácter estético cuyo objeto era mantener aquellos paisajes característicos donde la naturaleza se manifiesta libre de injerencias humanas, hasta la actualidad en la que tanta importancia tienen los procesos ecológicos que se producen dentro y fuera de los espacios y más allá de la preservación de una imagen agradable.

Volviendo al libro Sueño y mentira del ecologismo se destaca que la comprensión del entorno por parte de la sociedad, siempre se realiza a través de la cultural. “Mientras el mundo es una entidad real y objetiva, nuestro conocimiento del mismo está sometido a un conjunto de mediaciones y filtros culturales, históricos y sociales, que nos impiden acceder directamente a la naturaleza tal como es. Las distintas categorías culturales y valores vigentes en cada momento histórico dan lugar a divergentes construcciones de lo natural, a consecuencia de lo cual no hay una naturaleza única y sustancial, a la que se pueda acceder al margen de las mediaciones de la cultura humana. Hay un mundo no humano real y autónomo desde luego, pero no podemos conocerlo de primera mano, sino a través de nuestros conceptos y simulaciones.” (pág. 52).

“Es necesario combinar los aspectos materiales, culturales y simbólicos, porque todos ellos forman parte del más amplio proceso de construcción social de lo natural mediante el que la sociedad se apropia del entorno, humanizando la naturaleza hasta convertirla en su medio ambiente.” (Pág. 66)

“El enfoque constructivista subraya el carácter social de los límites naturales. Y así apunta hacia su dependencia del conjunto de definiciones y prácticas sociales que hace posible su constante redefinición, mediante la transformación del sistema social y de sus interacciones con el medio.” Pág.58

Las distintas aproximaciones sociohistóricas a la naturaleza hacen que esta no sea una fuente de la que se pueda extraer normas directamente aplicables a la sociedad, ni que sea un ente moral que imponga o justifique por sí misma soluciones concretas. Siempre será imprescindible legítimamente la construcción social también de la respuesta de la sociedad ante los problemas ambientales. “Afirmar la condición sociohistórica de la naturaleza supone discutir abiertamente que se pueda convertir a la misma en fuente de extracción normativa,, o defender su autonomía axiológica –porque no resulta ya tan claro que posea el consabido valor intrínseco que los verdes le atribuyen” (pág. 60)

Esta relación de ideas desemboca en la sostenibilidad qué tratamiento debe dársele en las democracias actuales, ya que “decidir sobre la sostenibilidad es decidir sobre conflictos de valor. Ni el velo tecnocrático de la gestión ni el recurso dogmático a la ideología pueden cambiar esto. Dahí que la sostenibilidad sea, de hecho, una arena política de conflicto.” (Pág. 157). “La radical incertidumbre de la sostenibilidad, la apertura de su definición, invalida todo enfoque puramente tecnocrático. La sostenibilidad es, en este sentido y merced a su carácter normativo, un proceso de construcción social.” (Pág. 179)

“El énfasis en la condición normativa y abierta de la sostenibilidad no puede conducir al descrédito de la función de los expertos, cuyo concurso es indispensable. Pero las evaluaciones de los expertos no carecen de juicios de valor. La ausencia de un monopolio de la verdad objetiva obliga a crear los mecanismos institucionales necesarios para facilitar el contraste entre distintos juicios expertos.” (pág. 183)

Como habéis comprobado el razonamiento está lleno de matices y en no pocas ocasiones requieren una reflexión para reordenar ideas por el contraste que supone. Se han extractado sólo un pequeña muestra intentando que el desarrollo sea coherente, pero el libro aporta mucho más y un razonamiento hasta sus últimas consecuencias. Es una buena lectura sesuda para este verano.

Manuel Arias Maldonado
Sueño y mentira del ecologismo. Naturaleza, sociedad, democracia
Editorial Siglo XXI, Madrid, 2008 (321 páginas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario