martes, 26 de julio de 2011

Tres ejemplos de gestión del patrimonio geológico y minero: El bueno, el feo y el malo

La gestión del patrimonio geológico y minero es incipiente, pero ya existen numerosos ejemplos que ponen a prueba, tanto el interés de las Administraciones en hace cumplir la ley, como en el interés de los ciudadanos. Podemos comprobar diferentes situaciones a través de la comparación de tres “modelos” de conservación de patrimonio y comprobar cómo han resuelto las amenazas en Zumaia, Mazarrón y Aledo.

- Zumaia

Las principales presiones sobre el espacio proceden de los usos recreativos, científicos, pesqueros y de la recogida de especimenes para su estudio o colección. Desde el punto de vista paisajístico, las amenazas más significativas se localizarían en el ámbito terrestre, pro­ducidas por modificaciones de los usos del suelo o por la construcción de infraestructuras. Tampoco son des­deñables las presiones derivadas de la presencia de la carretera N-634 (Diagnóstico. Epígrafe 2 PORN).

La apertura del centro de interpretación geológica Algorri en Junio de 2005 y la tramitación de la zona como biotopo protegido han creado las condiciones necesarias para desarrollar un programa de divulgación geológica que está dando ha dado resultados muy positivos (HILARIO ORÚS, 2008). Tal vez no sea coincidencia que en el marco de la divulgación de los valores del enclave, se rodara y emitiera en televisión un documental "Flysch, el susurro de las rocas", documental de geología que emitió TVE 2.

La legislación vasca prevé en la tipología de espacios naturales protegidos de , la figura de biotopo protegido. (Ley 16/1994, de 30 de junio, de Conservación de la Naturaleza del País Vasco art. 15 L16/1994). En base a esta norma, se elaboró un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales que se aprobó mediante Decreto 33/2009. El mismo día, se aprobó la declaró Biotopo Protegido el tramo litoral Deba-Zumaia (Decreto 34/2009, de 10 de febrero)

Desde el punto de vista de la geoconservación destacan dos procedimientos que están en marcha. Por un lado El Departamento de Desarrollo del medio rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa ha elaborado un plan de gestión del Biotopo recientemente presentado (7/6/2011). Por otro, el Geoparque de la Costa Vasca forma ya parte de la red de Geoparks.

Tampoco puede olvidarse que el flysch de Zumaia ha sido propuesto como un lugar de interés geológico de relevancia internacional (GEOSITES)

En este caso la implicación y cooperación entre las diferentes administraciones parece clave para que la conservación se desarrolle relativamente rápido y de forma efectiva. Este modelo se asienta también sobre la divulgación y el geoturismo como dinamizador de la conservación.

- Conjunto minero de Mazarrón

El 21 de febrero de 2011, me llegó por email la noticia aparecida en La Verdad de la degradación que sufrió el coto minero de Mazarrón. Un lugar supuestamente conservado por sus valores históricos y culturales, protegido en base al patrimonio histórico (Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio histórico). Nada de eso le valió para evitar que su expolio para extraer las tuberías con el fin de venderlas posteriormente.

Días antes unas máquinas habían entrado máquinas entraran sin permiso hasta el corazón del paraje minero y desecaran una de las dos balsas de estériles del conjunto 'Recuperada', incluidas en el catálogo de elementos protegidos. Los trabajos forman parte de un proyecto de la Dirección General de Industria y la Universidad Politécnica de Cartagena, con ayuda de la Unión Europea, para regenerar suelos contaminados (Noticia La Verdad).

Si ya de por sí el hecho es lamentable, no lo es más la pasividad de la administración que se limitó a proteger sobre el papel el coto minero y se desentendió posteriormente de su gestión. En particular el Ayuntamiento de Mazarrón no había aprobado el plan especial de protección de los recursos y hasta la fecha de la noticia no había realizado ninguna actuación legal tendente a esclarecer el expolio o las obras que afectaron al lugar.

- Cabezo del Molino en Aledo (Murcia),

El último caso es desgraciadamente más corto. Lo recoge Guillén Mondéjar en un artículo suyo (págs. 13 y 14). El Cabezo del Molino de Aledo (Murcia) tenía un interés científico puesto que su estudio le había permitido explicar la historia geológica de la cuenca terciaria de Lorca. Al interés afectivo se le unía un interés científico y didáctico.

No debían pensar así otros interesados porque el lugar es ya de interés urbanístico y ya cuenta con una urbanización que ha destruido completamente el enclave.

Si el caso de Zumaia era paradigmático de la cooperación administrativa, consenso en los valores que servían de base para el lugar y conservación efectiva, los demás no lo son tanto. El coto minero de Mazarrón, pese a estar protegido legalmente, se aprecia una descoordinación entre los diferentes niveles y desinterés por parte de la administración más cercana al territorio. En el supuesto del Cabezo del Molino, ni hubo interés en conservar. 

En síntesis y sin ánimo exhaustivo, pueden ser tres modelos de gestión que podrían calificarse como bueno, feo y malo respectivamente. Tres ejemplos de implicaciones o desafecciones de las Administraciones públicas en la gestión del patrimonio común.

jueves, 14 de julio de 2011

¿se necesita una legislación sobre conservación del patrimonio geológico?

Hace unos días se planteo en un foro si hacía realmente falta una egislación expresa para el patrimonio geológico, cuando estamos viendo que la de patrimonio natural ni se cumple ni se hace cumplir, no se transpone adecuadamente a las CCAA, o se torea convenientemente "por el interés general". Es una cuestión que me hago a menudo en el enfoque de conservación de la naturaleza y, tal vez, por deformación profesional hasta vería que el enunciado no es del todo correcto.

De entrada si se quiere tener herramientas para incidir en la actuación de las administraciones y en las conductas de la ciudadanía, la respuesta, indudablemente es sí. No sólo porque sólo porque la administración sólo puede hacer aquello que legalmente le es permitido y es el único instrumento que permite exigir su cumplimiento. Además, la legislación es también una herramienta de comunicación (a veces bastante roma, lo reconozco), pero permite la jeraquización de prioridades entre todos los grupos sociales heterogéneos. El simple hecho de que se mencionara el “patrimonio geológico” y la “custodia del territorio” ha generado un aluvión de publicaciones, seminarios y expectativas que no hubieran prosperado de no haberse incluido.

En cuanto a si la legislación no se cumple, no se si no se cumple la legislación o es que hay casos en los que no se cumple?. El matiz es bien distinto. Como abogado ecologista veo casos frecuentemente en que judicialmente se está respaldando el cumplimiento de la ley (lenta, con lagunas en algunos aspectos y con mucho coste de los implicados, pero esto es otra batalla).

En todos los casos en los que se falla a favor de proteger los valores naturales, necesariamente tiene que existir una ley que no se cumple, una administración que infringe activa o pasivamente sus obligaciones (sea la causa de origen de unitiva pública o privada), alguien que recurre en base a la ley infringida la actuación administrativa y la administración de justicia que sólo puede valorar si se ha incumplido la legislación. Por tanto, en un Estado de Derecho sólo a través de la ley podemos proteger aquellos bienes que la sociedad considera más valiosos.

Si no existe más cumplimiento de la legislación (hablaríamos más de grado de cumplimiento que de si se cumple o no), probablemente sea por la falta de concienciación de la ciudadanía. Al margen de la corrupción, los políticos suelen hacer aquello que les permite más votos y las preocupación de la gente no son, ni la geodiversidad, ni la defensa del patrimonio natural.

El verdadero problema de la ley es que no existe una verdadera cultura de la legalidad (muy relacionada con la calidad democrática). Si la administración infractora (léase decisor político), antes de realizar la ilegalidad valorase las repercusiones negativas que pudieran derivarle, seguramente se evitarían muchas lamentaciones.

Hasta que ese día llegue, las Administraciones que hacen bien las cosas y las organizaciones que defienden los intereses comunes necesitan de las mejores herramientas legales que refuercen las conductas positivas hacia los objetos de conservación.